La responsabilidad emocional corporativa es un deber de las empresas desde siempre pero, desde marzo de 2020, aún más. Lo es desde el compromiso con el bienestar de las personas y por ser un principio de sostenibilidad social.

El desarrollo emocional supone, entre otras cosas,  generar espacios para el autoconocimiento y el entrenamiento emocional. De ahí la importancia de evaluar, dar feedback y acometer una intervención a la medida de las necesidades emocionales de cada persona.

EMOCIONARTE es un programa para promover el bienestar psicológico y la fortaleza emocional con vistas a  crear un entorno sano y equilibrado de trabajo, fomentar la motivación, el engagement, la productividad y prevenir el desgaste profesional.